Hace dos años gracias a Cristina Martí mi primer maestra, conocí a Sue Morrison. No podía ser de otra manera. No dejo de aprender de su generosidad. Su guía me ofrece una nueva guía.
Cuando hice el taller que ofreció de tres días fue tan movilizador que el último encuentro no pude asistir porque la temperatura de mi cuerpo subió inesperadamente sólo por única vez impidiendome concluir ese proceso. Como dice Sue, era lo que necesitaba.
Fue tan grande la puerta que abrío que toda yo, pedía un descanzo. No dudé de que estaba viendo un nuevo camino. Pero despedirme del anterior necesitaba su tiempo.
Una vez más Cristina, insistió con el pedido de muchos que deseabamos su regreso, y logró con mucho trabajo que Sue Morrison vuelva. Esta vez fue mas tiempo. Dos enormes semanas que todavía siguen vivas en cada uno de los que compartimos aquellos momentos.
No hay palabras para explicar una verdadera experiencia. He vivido cada segundo de sus enseñanzas con el placer de un niño que descubre el mundo. Estoy chocha.
Estoy agradecidísima a todo lo que se alineó para que esto fuera posible.
Muchas de las personas con las que compartí este curso eran compañeros del mismo camino.
Con búsquedas distintas, claro está, pero esencialmente, el mismo rumbo.
Fue hermoso redescubrirlos. Sentir que soy parte de esta gran afinidad que tenemos, que nos es mas que un profundo amor a nuestro trabajo de payasos.
Sentir que esto recién comienza me alegra a montones. Y ya estoy viendo como toda esa energía vital que a todos nos ha revolcado, se expande, se extiende, se multiplica hacia nuestros mundos.
Hay registros fotográficos en www.consueenbuenosaires.blogspot.com
