sábado, 7 de julio de 2007

Estar acompañada


Hace muchos años en una variete por la calle Corrientes, conoci a una “chica grande”con vestido blanco y un casquete antiguo de tul. ¿Seria de alguna abuela que soño con casarse? Hablaba en aleman. La habian abandonado parece. Era muy fragil, cantaba hermoso. Solo que en un momento se convertia en una especie de bestia de la selva. Quede anonadada. Y creo que fue la primer payasa que vi en mi vida.

Supe que entrenaba con Guillermo Angelelli. Igual que yo, pero en el otro grupo, mas avanzado.Nos cruzabamos a veces. Tenia el pelo cortito y una risa contagiosa. Me llamaba mucho la antencion. Me acuerdo que mostraba el ombligo en una secuencia de esas antropologicas que armabamos con Guille. Me encantaba que sea tan descocada.

Hace muchos años, cuando todavia no eramos amigas, caminaba por la calle Corrientes y me la encontre una vez mas a Lila. Me dijo que queria irse a vivir a Europa, estaba cansada, entraba a internet (ya era cibernetica en esas epocas) a un bar que hoy no existe. El país que estábamos viviendo nos despedía constantemente. Rondaba la desesperanza. Y me dieron ganas de decirle : Quedate! No sabía muy bien porqué. Tal vez intuí que algo teníamos que vivir juntas. Acompañarnos.

Pasó el tiempo, estaba estrenando mi primer propio hijo -espectaculo, medio actriz, medio payasa todavia. Y le pedi a Lila que venga a darnos su opinion en un ultimo ensayo. Ella ya era para mí muy importante. Habia algo en su manera de observar que me impulsaba a llevar a fondo lo que empezaba a dejarse ver.

Un día, no se porque, se lo tengo que preguntar, vino a visitarme a mi departamentito de un ambiente de la calle Libertad (que lindo nombre para comenzar de nuevo), era la hora de la siesta, ella no habia almorzado, y llego repleta de golosinas. Me dijo que Cristina Martí estaba pensando en montar una obra, que si queria estar. Que la idea era hacer una recopilación de nuestros sueños soñados, seleccionarlos, unirlos, y darselos a nuestros payasos para ver que hacian con ellos. Cristina habia sido mi primer maestra. Era una propuesta increíble. Yo dije que si, por supuesto, y empezamos a trabajar juntas.

Despues vinieron los Clowns No Perecederos. Descubríamos que éramos dos payasas por momentos opuestas, por momentos complementarias. Era un desafío y alegría encontrarnos.

Casi juntas comenzamos a dedicarnos a dar clases. Compartíamos procesos muy parecidos.

Tuve el placer,entonces, de ser parte de su primer grupo de clown. Disfrutaba a lo loco de sus talleres. Y siempre que puedo, hoy, me cuelo en uno de ellos. Muchos de mis primeros numeros fueron creciendo, y armandose con su mirada. El encuentro era los viernes en Huella. Mostrábamos desesperados de público y despues nos ibamos de gira por “las varietes del momento”.

Me fui a Brasil. Estudié con el grupo Lume. Llegue decidida a dejar todo, irme alla y dedicarme a ser payasa. Lila me escuchó, se enojó un poco me acuerdo, y me escribió. Una carta tan hermosa, de esas que hacen llorar. Yo la guardo, y la releo a veces porque esas cosas que ella escribe duran para toda la vida. Lila me dijo quedate! Y yo recordé ese encuentro casual por Corrientes.

Y me quedé. Y al poco poquisimo tiempo, llegaron Los Papota. Menos mal que le hice caso. Ya no había ninguna duda que habíamos decidido andar juntas por el mundo con nuestras narices colgadas del corazón.

Lo que mas me gusta de Lila es cuando salta y le queda la cara risueña, los ojos enormes. Me gustan sus chistes tontos. Sus varias personalidades. Sus cambios abruptos sin coherenencia alguna. Sus ataques de llanto. Esos que son de novela. Intensisivos y cortos. Sus abrazos fuertes. Sus gritos de niña cuando no quiere levantarse temprano. Sus pantuflas rojas,el placer con el que come alfajores “cachafaz”, y los arranques de amor por revivir las plantas del jardin.

Que suerte que estamos cerca. Que suerte que somos amigas. Que suerte que no nos fuimos.

Y nos quedamos.

3 comentarios:

Samantha Anciães dijo...

Que lindo, Marina! Eu que pude conhecer um pouquinho a Lila, quando esteve aqui no Barsil... Me emocionei ao ler o que você escreveu! Linda amizade de vocês!
Beijos

magalí mansilla dijo...

que historia mas bonita!, me emocionó leer ese amor y cuidado por el otro, y que la vida tenga tantas cosas para darnos y encontrar.

Son unas genias las dos, las vi una vez en un teatro, y el domingo en el patio de ambas... muy lindo todo!!

Felicitaciones y que esas narices sigan contagiando de alegría.

Besos, magalí

Gabriela Mangone dijo...

Ay por Dios, es tan lindo tan lindo, que quiero un día vivir algo tan intensísimo así.
Y pienso después de leer esto que se puede, que lleva tiempo, pero se puede.
Yo soy un proyecto de payasa en contrucción. Sí, proyecto en construcción. Y la gente como vos y como Lila me hacen mirar para adelante. Y seguir. Porque son payasos en todos los aspectos de su vida, y de sólo ver sus expresiones y hasta de sólo leerlas, se nota.
Así que qué bueno que compartas todo esto acá. Y que me des el espacio para decirte que gracias. Aunque no me conozcas la cara. Que gracias.

Coqui

(y pido perdón si hay incoherencias, me salió todo de un sopetón y ahora, sin pensarlo, voy a poner "publicar")