miércoles, 13 de julio de 2011

Un Comentario




Se dice en la tradición Lakota que si en sueños aparece El Trueno estás destinado a convertirte en un Payaso Sagrado o Heyoca. 


Y a mi me gusta creer en ese cuento. Espero con ansias que llegue el estruendo y la luz cuando cierro los ojos y descanso.

Sentir que siempre existió este personaje humano, me alegra.


El Heyoca, Payaso, Clown es un espejo. Extrema, proyecta  el reflejo de las personas.
Este rol lo lleva a observar y reconocer, sus propias dudas, temores, odios y debilidades.

Trae la risa en las situaciones de más desesperación y provoca despilfarro y caos cuando las personas se sienten demasiado seguras, demasiado cómodas, demasiado inertes. Balancea.  Agil, inocente, provocador, desbordante.
En su mundo nada es tan jerárquico, tan serio, tan sagrado.

Unir esta antigua imagen con las leyes del teatro es lo que disfruto. Y el teatro que me gusta es el más tosco, el que viene de las carretas, de los graneros, de los cuartos del fondo, con las patas mal colgadas para espiar como se cambian los actores por detrás.

Fui mezclando ejercicios, inventando la manera, fui mezclándome con grandes mujeres y hombres amigos payasos maestros, pruebo diversas técnicas basadas en la improvisación, la escritura, la música, el movimiento y la energía. 

Fui cambiando de paisajes, viajando mucho, descubriendo como acercarme a través de este oficio a ciudades de distintos continentes, a pueblos cerca del mar, cerca del monte, cerca del lago y el desierto.

Cada lugar me ha ofrecido y sigue haciendolo, una gran diversidad de maneras de reirnos, estar en contacto, compartir las diferencias y la unidad humana que trae esta máscara. Tan pequeña. Tan potente. Tan cerca de la vida.


1 comentario:

Antiprincipito dijo...

Hola Marina, soy Germán Amato, cuál es la dire del intensivo que empieza el lunes?